En el Día del Padre

 Padre, ya hace varios años que moriste –doce o quince–, ya no lo recuerdo bien; tú sabes con el tiempo las imágenes se pierden y las cosas se olvidan; pero déjame decirte que sí me acuerdo de ti en el Día del Padre.

No sé por qué, pero se me olvidaron todas las mañanas en que, junto a mi hermana, me fuiste a dejar a la escuela, para después salir en dirección al trabajo y regresar tarde, muy tarde a casa. Quizás, porque pensé que era tu obligación, que era tu contribución para con nosotros; también se me olvidó que pagaste mis estudios en una modesta escuela privada, después en una secu rigurosa, luego en una prepa mejor, y también cubriste la colegiatura de las escuelas de mi hermana.

Papá, hace ya algunos años que dejaste la casa, y ahora vives con alguien más, en otro lado, del cual desconozco el rumbo. Supongo que eres feliz y que nos extrañas... Sí, me acuerdo de vez en cuando de ti, pero sobre todo en los Días del Padre.

Ya se me olvidaron las veces que nos llevaste a la playa, los días que salimos a pasear en el coche viejo que con muchos trabajos arreglaste; ya se me olvidó que fuiste tú quien te entendías con Santa Claus y con los Reyes Magos, para que nos trajeran regalos al inicio y al fin del año; y apenas recuerdo esos préstamos que nos hiciste para que avanzáramos en la vida, esos que escribiste en un bloque de hielo y con una vara, en la arena.

Padre, ya hace muchos días que no te veo, porque siempre andas ocupado o estás de viaje. Sí, me acuerdo de ti, pero por lo regular me pasa en los Días del Padre.

Apenas recuerdo que cada vez que mis zapatos tenían un hoyo nuevo, regresabas a casa con un par de zapatos nuevos, y lo mismo en tus viajes se te “pegaba” una camiseta, un suéter para mi hermana, un chal para mi mamá.

Papá, ya hace muchos días, años quizá, que no te veo, pero te escucho cuando me llamas por teléfono para saber cómo estoy, como está Luisa, cómo está el “Firulais”, el que compraste en una venta de saldos de cachorros.

Sí, a menudo me acuerdo de ti y pienso en marcarte; pero ya sabes, siempre ando ocupado y se me olvida; pero te juro que siempre me acuerdo de ti en el Día del Padre.

Entonces, siempre te llamo, entonces me entero que estuviste enfermo, que te tropezaste y te caíste, pero que todo salió bien, y que sigues activo.

Si Padre, si Papá, yo sí me acuerdo de ti, no a menudo; porque sabes mis hijos me demandan tiempo, se enferman, dan lata, se retrasan en la escuela; y aparte el trabajo, los viajes, la esposa, las deudas, las colegiaturas, las necesidades de la casa, las visitas a los familiares...

Sí, claro que me acuerdo de ti...

Sobre todo, en los Días del Padre.

 

 

 

Ella Duerme

Ella duerme

ni mi silencio

o los pocos sonidos que hago

la perturban.

Quizás la arrullan.

 

Yo la amo

Así cuando está dormida

Entonces me pertenece toda

Su voz, su caminar, su risa.

 

No me importa que ame a otro

Si cuando duerme en mi cama

Es toda mía.

 

 

  Boy

El niño que aún no es

Dentro de tu vientre

Nos mira.

 

Si sólo el amor sirviera

Para hacerlos saltar a la calle

Ya estuviera aquí

Queriéndonos decir algo

Mientras tú y yo

Sentados en la mesa

Nos miramos.

 

En algún lugar está

En ese futuro

Que dentro de ti y de mí

Espera.

 

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