A veces simplemente busco con quien estar...
A veces simplemente busco con quien estar...
Y me hago de compañías indeseables; aquellas a quien no recomendaría a alguien más.
No me interesa su personalidad, ni sus gustos, sus preferencias o hobbies, mucho menos su forma de hablar o su moral, si son de aquí o si son de allá, si visten bien o visten mal, porque a veces yo simplemente busco con quien estar.
Y no mido las consecuencias ni hasta dónde esa incipiente relación pueda llegar; lo más lejos, mejor, ya sea en los excesos, ya sea en la intimidad, en el lenguage que usamos, en lo que hacemos o en lo que dejamos de hacer. Si nos desnudamos en cuerpo y alma, va bien, porque más lejos no hay. No, no me importa en lo más mínimo hasta donde esa relación pueda llegar; entre más puerca, sucia o patética, mejor; porque lo único que yo busco es alguien con quien estar.
No importa el lugar ni tampoco si a la tarde le sigue la noche, luego el día, no importa si dormimos, o si no, si corremos nos carcajeamos, si abusamos, o nos restrinjimos. No, no importa, porque yo simplemente busco a alguien con quien estar.
Si es una relación limpia, pulcra que ofenda, si tiene dios y religión, si se postra, reza y llora, si cree y adora, si implora... Me escose, me estorba un poco... Pero por eso sé que ahí no me quedaré por mucho tiempo; porque por ese momento... Yo sólo busco a alguien con quien estar.
Y si de pronto se para y se va, me va. Si se queda un tiempo, también me va. Si yo huyo o me escapo, también está bien; porque lo único que quiero y busco es alguien con quien estar.
Y si el mundo está podrido, o no va en una buena dirección... ¿A quién le importa? Si éste es el único mundo que hay.
A veces hay que decir lo que se tiene que decir...
ResponderBorrar