Porque has encontrado amigos
Que estas líneas lleven tranquilidad y
paz al lugar en que te encuentres, que olvides el estrés de las horas, de los
minutos previos, que olvides los enojos, el desazón, el odio, el rencor que en
otros momentos has acumulado.
Que se vaya lejos la depresión y el abandono, que encuentres un reducto donde todavía brille la esperanza. Que se vaya lejos la tristeza. Lejos donde no puedas verla.
Porque has encontrado amigos
Están ahí cerca: en el timbre de la carta, en la esquina de la escalera, en
el borde de la cama, en el mensaje que te llega, en la mitad del parque, en el
cubículo de al lado, justo del otro lado del teléfono.
Sólo hay que invocarlos para que aparezcan, o hay que hacer un poco de esfuerzo para ir a su encuentro, aunque muchas veces ni eso es necesario: el más leve pensamiento los llama, el más tenue recuerdo los invoca. Y llegan. Convocan al intercambio positivo de sentimientos, de palabras; esas que gradualmente, o de pronto, se convierten en risas y luego en carcajadas. Ese poder de gestos, de compañía, de palabras que todos tenemos a la mano, que aún con limitaciones y carencias todos transformamos en momentos de luz, de alegría, de sol, de ideas brillantes y nuevas; para que entonces las maneras y las formas se suavicen, y los sonidos, la brisa del aire, y el fluir del agua, adquieran otro sentido.
Porque has encontrado amigos
Porque has
encontrado amigos
Porque has
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