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 No se recomienda para ejercitadores de golpe de pecho, ni para espantados. No apto para aquellos que no hayan ejercido libremente, y con astucia el sexo por lo menos una vez—.

 Damas y caballeros. La lectura de estos poemas corre bajo estricta y personal responsabilidad de la lectora, del lector. Su distribución está restringida a personas de moral abierta, o en sospecha.

 Autores: Salomón, el Rey (¡Claro! El Cantar de los Cantares); Zoé Valdés (¡Cubana! Chico);  Alfonso Ochoa y Su Servidor.

 Van. Bajo consigna. Se valen descalificaciones, solicitudes de baja, deletes, replies, críticas duras.

 

UNLARGOCUENTOCORTO

 

Ese mismo día te conocí.

Te encontré sentada junto a la ventana, bajo esa luz permeable.

Levanté la falda a lo largo de tus piernas

y tu voz líquida dijo cosas que nunca escuché.

Acerqué mis labios a tus muslos,

y te besé por muchos,

pero muchos,  

muchos años.

 

Alfonso Ochoa

 

 

CANTAR DE LOS CANTARES (Fragmentos)

 

¡Oh, si él me besara con los besos de su boca!

Tu amor es más fragante que el vino.

Más que el olor de tus suaves ungüentos.

Tu nombre es como ungüento derramado,

por eso las doncellas te aman.

 

¡Qué hermosa eres, amada mía. Qué hermosa!

Tus ojos entre tus guedejas como de paloma;

Tus cabellos como manada de cabras

bajando por las laderas de Galaad.

Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas

que suben del lavadero…

Tus labios como hilo de grana, y tu boca es hermosa.

Tus mejillas, como pedazos de granada detrás de tu velo.

Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería.

Tus pechos como gemelos de gacela

que apacientan entre lirios.

 

Eres toda hermosa amada mía,

y no tienes ningún defecto.

 

¡Qué hermosos son tus pechos,

hermana, novia mía!

Tu amor es más fragante que el vino

y el aroma de tus ungüentos más

que todas las especies aromáticas.

¡Tus labios destilan dulzuras como miel, novia mía!

Miel y leche hay debajo de tu lengua.

El olor de tu vestido como el olor del Líbano.

Huerto cerrado eres, hermana mía, novia mía.

Fuente cerrada, fuente sellada.

 

¡Qué bellos son tus pies en las sandalias,

hija de príncipe!

Las curvas de tus caderas son como joyas

obra de las manos de un orfebre

Tu ombligo es un cántaro,

donde no falta el vino aromático.

Tu vientre , un haz de trigo, bordeado de lirios.

Tus dos pechos como gemelos de gacela.

Tu cuello, como torre de marfil.

Tus ojos como los estanques de Jesbón,

junto a la puerta mayor.

Tu nariz es como la Torre de Líbano,

que mira hacia Damasco.

 

¡Qué hermosa eres, qué encantadora,

mi amor y mi delicia!

Tu talle se parece a una palmera.

Tus pechos a sus racimos.

Yo dije: Déjenme subir a la palmera

y recogeré sus frutos.

 

¡Qué tus pechos sean como racimos de uva,

tu aliento como aroma de manzanas,

y tu paladar como vino delicioso

que corre suavemente hacia mis caricias

fluyendo entre mis labios y mis dientes!

 

Yo soy de mi amado

Y conmigo tiene su contentamiento.

 

 

 

ZOOFILIA

 

Yo debí recorrerte como araña

husmearte y lamerte como dingo

escudriñar tus cuevas como hormiga

y corretearte locamente como chango.

 

Tú debiste violarme como zorra

comerme y aullarme como hiena

aceptarme como cachorra primeriza

y copularme como viuda negra.

 

Pero nos quedamos mudos, medio tiesos,

repitiendo una y mil veces los dos clásicos,

aburriéndonos en el contacto de los sexos.

Porque ambos, le tuvimos miedo…  a la zoofilia.

 

Paco Viveros

 

 

 

 

 

AMARRE Y EXTREMOS

 

Tu nombre es como ungüento derramado

Cantar de los Cantares

 

Escribí en papel de cartucho tu nombre y tus apellidos

lo enrollé y lo amarré con pelos de mi pubis

luego lo molí y lo mezclé con mieles y sudores

no olvidé el bucle de café que dejaste en la taza

debí de haber agregado un poco de tu semen

de esas gotas que aparecen al otro día

en mis nalgas o en mis encías

Unté de toda esa crema a mis pezones y a mi clítoris

hice un pase de magia y recé toda la vida

Pero tú no has vuelto

y menos

 

tú en mí no te has derramado.

 

Zoé Valdés

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