Georges Bataille. EL EROTISMO
Lo releo, después de leerlo hace cuatro años con el ánimo de descubrir
nuevas ideas sobre este tema tan importante y necesario para que vivamos
felices.
Veo que el libro está lleno de notas de la primera lectura, las amplio y al
final de mi relectura medito si lo recomendaría leer... No, necesariamente. Ya
es un texto desactualizado y hasta anticuado.
Pero para no ahondar más en ese tema, mejor hago mención a varios párrafos
del libro de Bataille (los que dejé entre comillas), muchos de los cuales son profundos y
hermosos.
Por mi parte anoto dos o tres comentarios propios; aunque no abonaré, como
Bataille, en que el erotismo necesariamente está ligado a la violencia y a la
violación, ni en que el rol principal en una actividad sexual, lo lleva el
hombre.
Van pues los textos de Bataille y los propios, sobre algo tan importante en
la vida para poderla vivir bonito.
“El espíritu humano está expuesto a los
requerimientos más sorprendentes. Constantemente se da miedo a sí mismo. Sus
movimientos eróticos lo aterrorizan”
“... el erotismo es la aprobación de la
vida hasta en la muerte”.
“La actividad sexual reproductiva la
tienen en común los animales sexuados y los hombres… Sólo los hombres han hecho
de su actividad sexual una actividad erótica”.
“Somos seres discontinuos, individuos
que mueren aisladamente en una aventura ininteligible”.
“Todo erotismo es sagrado”.
“EL terreno del erotismo es
esencialmente el terreno de la violencia, de la violación”.
Bataille pinta al erotismo como algo violento, transgresor. No considera
que el erotismo es en sí un refinamiento del acto del amor, tangible, práctico,
que combina todos los sentidos con el movimiento, con el habla, con la
capacidad de emitir sonidos. Por lo que para el erotismo cualquier ternura,
forma, posición; incluso, crueldad, constituyen herramientas del placer y del
deseo; y no importa si por satisfacer ese deseo se inflige dolor y se cae en la
violencia, siempre y cuando estén permitidas.
“Toda la operación del erotismo tiene
como fin alcanzar al ser en lo más íntimo, hasta el punto del
desfallecimiento”.
“En el movimiento de disolución. Al
participante masculino le corresponde un papel activo, la parte femenina es
pasiva, (y es) la que es disuelta como ser constituido, (la cual) para el
participante masculino sólo tiene un sentido: el de preparar una fusión en la
que se mesclan dos seres que, en la situación extrema, llegan juntos al mismo
punto de disolución”.
El acto sexual erótico realmente es un acto acordado entre las partes,
donde ambas partes tienen el derecho y hasta podría decirse la obligación de
poner en práctica sus conocimientos y experiencias eróticas; por lo que no sólo
le corresponde al hombre el papel activo. El erotismo no distingue entre quien
toma el rol activo, más bien existen roles participativos simultáneos o de
efecto-respuesta.
De esta manera el erotismo se puede entender como un resultado del estudio
y la práctica del acto sexual, mediante el cual se logra un refinamiento de
éste, y una vez que se alcanza, queda para ejercerla con la pareja, o en
cualquiera otra relación nueva.
“la acción decisiva es la de quitarse la
ropa. La desnudez se opone al estado cerrado, al estado de la existencia
discontinua. Es un estado de comunicación, que revela un ir en pos de una
continuidad posible del ser, más allá del repliegue sobre sí. Los cuerpos se
abren a la continuidad por esos conductos secretos que nos dan un sentimiento
de obscenidad. La obscenidad significa una perturbación que altera el estado de
los cuerpos que se supone conforme con la posesión de sí mismos, con la
posesión de la individualidad, firme y duradera”.
“El erotismo de los cuerpos tiene de
todas maneras algo pesado, algo siniestro... siempre actúa en el sentido de un
egoísmo cínico. El erotismo de los corazones es más libre. Si bien se distancia
de la materialidad del erotismo de los cuerpos, procede de él, a menudo es sólo
uno de sus aspectos, estabilizado por la afección recíproca de los amantes”.
“La pasión de los amantes prolonga... la
fusión mutua de los cuerpos. La prolonga o es su introducción. Pero para quien
está afectado por ella, la pasión puede tener un sentido más violento que el
deseo de los cuerpos”.
“Si el amante no puede poseer al ser amado,
a veces piensa matarlo; con frecuencia preferiría matarlo a perderlo. En otros
casos desea su propia muerte”.
Es cierto. Este es el principio de muchos homicidios pasionales, de
incontables triángulos amorosos; donde el amor, el erotismo y la pasión, ya no
existen dentro de un matrimonio, sino fuera de él.
“Le parece al amante que sólo el ser
amado... puede realizar lo que nuestros límites prohíben: la plena confusión de
dos seres, la continuidad de dos seres discontinuos. La pasión nos adentra en
el sufrimiento... es la búsqueda de un imposible”.
“La pasión nos repite sin cesar: si
poseyeras al ser amado, ese corazón que la soledad oprime formaría un solo
corazón con el ser amado. Ahora bien, esta promesa es ilusoria, al menos en
parte. Pero en la pasión, la imagen de esta fusión toma cuerpo -y en ocasiones
de manera bien diferente para ambos amantes- con una intensidad loca”.
“El ser amado es para el amante la
transparencia del mundo”. “Es… el ser pleno, ilimitado, ya no limitado por la
discontinuidad personal.”
En muchos casos este “ser amado” no corresponde al ser con el que pasamos
la mayor parte del tiempo, es decir, al esposo, a la esposa; sino al amante. Pero...
¿Por qué debe ser el Amante el que hace sentir placer al compañero, a la
compañera de la vida (y él o ella a ella o él), y no nosotros?
¿Por qué otro, otra, juega el papel erótico; cuando nosotros hemos cumplido
en todo lo demás hasta el cansancio?
Simplemente porque hemos descuidado por nuestra parte nuestro rol erótico
en el acto sexual; también porque no nos hemos aventurado a ir más allá del
acto sexual casero y simple. De modo que ese otro, otra, en la cama (o donde
sea) hace arte, y con él, ella, nos entregamos hasta quedar sin vida.
Claro que el o la amante no carga con la responsabilidad de convivir día a
día desde la mañana, tarde y noche con el o la compañera de recámara, y su rol
se circunscribe a la parte erótica.
“La experiencia erótica... es una espera
de lo aleatorio: es la espera de un ser dado y de unas circunstancias
favorables”.
“La poesía lleva al mismo punto que
todas las formas del erotismo: a la indistinción, a la confusión de objetos
distantes. Nos conduce a la eternidad, nos conduce hacia la muerte y, por medio
de la muerte, a la continuidad”.
“...el erotismo es la actividad sexual
del hombre, es en la medida que ésta difiere de la sexualidad animal. La
actividad sexual de los hombres no es necesariamente erótica. Lo es cada vez
que no es rudimentaria, cada vez que no es simplemente animal”.
Como Bataille lo define, nos quedamos en la parte animal, o muy cerca de
ella, pero muy lejos del erotismo. El erotismo nos da miedo porque significa
apertura de cuerpo, pero sobre todo del alma. El erotismo inicia cuando se
consolida la confianza.
“El hombre se define por una conducta
sexual sometida a reglas, a restricciones definidas. Así, el hombre es un
animal que ante la muerte y ante la unión sexual se queda desconcertado,
sobrecogido”.
“la vida es siempre un producto de la
descomposición de la vida”.
“No existe prohibición que no pueda ser
transgredida”.
“Al igual que la crueldad, el erotismo
es algo meditado”.
El erotismo va desde lo vulgar hasta lo sublime. Y cualquier recoveco,
cualquier extensión del cuerpo, o cualquier elemento ajeno a él que le sea útil
es permitido bajo el acuerdo mutuo de que quienes participan obtengan placer.
También va desde lo permitido hasta lo prohibido, que deja de serlo porque
cuenta con el consentimiento de quienes en el acto sexual participan. Aquí
aplica: What happens in Vegas stays in Vegas.
Muchos le tenemos miedo al erotismo porque significa una apertura. El acto
sexual lo limitamos básicamente a la intersección repetida de las partes
sexuales y a algunas caricias, contadas y prácticamente repetitivas, como
repetitivas son las formas en que ejercemos el acto sexual; entonces el
erotismo es inexistente, es tiempo perdido, impráctico e innecesario.
En ocasiones nos proponemos ejercer el erotismo cuando nos está vedado el
alcanzar el acto sexual con una persona, para lo cual primero debemos derribar
las barreras de la desconfianza, ganarnos su amistad, su cariño; y su
aceptación, como personas que poseemos un cuerpo suficientemente deseable.
Entonces cuando el conquistar a esa persona se vislumbra como un objetivo con
muy pocas probabilidades de alcanzarlo, nos volvemos románticos y eróticos,
aunque sea de un erotismo rudimentario, con asperezas con falta de pulimento,
que corresponde a nuestra finura o no de nuestra conducta, la que, por fortuna
para nosotros, coincide con la de esa persona a la que se desea.
Nos volvemos eróticos antes del sexo, desde el flirteo, y en el acto sexual
mismo, a sabiendas que un pobre desempeño físico y erótico cancelará toda
oportunidad de un segundo, y de múltiples encuentros sexuales, para el que nos
costó tanto trabajo su aceptación y su consentimiento.
Aunque se corre el riesgo de que, una vez asegurada la continuidad del sexo,
el erotismo gradualmente disminuya, que éste pierda tonalidad y fuerza,
compromiso, y regresemos a casi un estado animal, el regreso al acto mismo de
la sola intersección repetitiva de las partes sexuales, el que acaba cuando el
hombre llega al orgasmo, y él pierde entonces interés en continuar con el juego
del sexo, y mucho menos en poner en práctica sus artes eróticas.
Ésta es una de las razones por la que los noviazgos de mediano y largo
plazo y los matrimonios se disuelven, fracasan, pues el acto sexual cuando
conlleva una buena dosis de erotismo es uno de los pilares de la continuidad de
una relación de pareja.
La educación sexual y erótica que permite lograr un grado avanzado de
erotismo permanece; de manera análoga a cómo se logra un estado avanzado de
meditación, o un alto grado en las artes marciales, una cinta negra; lo que no
se logra de la noche a la mañana; se tiene que sudar, sufrir, corregir, repetir
y repetir.
El erotismo como el budismo zen, como el karate, no se pierde cuando se
abandona la cama, la recámara, la sala, el dojo o el lugar de meditación, se
lleva con uno e impregna cualquier acto conjunto con la persona a que se ama, a
la que se le tiene cariño, con la que existe amistad, y con quien se realiza el
acto sexual de manera frecuente.
Por lo que, al erotismo no lo mueven las partes físicas del cuerpo, en
parte sí, pero lo mueve más el espíritu y el alma; las partes físicas, los
labios, los brazos, la cadera, la lengua, las piernas, el abdomen, los dientes,
el pelo, los oídos y las partes sexuales en lo interno y en lo externo, sólo
son las herramientas de las que se sirve el erotismo, se gesta en el cerebro
(si se quiere, se puede decir que en el alma) y así emite órdenes, sugerencias,
para que las partes del cuerpo, la piel, actúen y respondan a éste. De esta
manera, los labios, la boca emiten palabras, gemidos, ruidos, gritos; los ojos
lloran, el cuerpo sienta dolor y placer, hasta sufrimiento, y el acto sexual
simple se convierta en un acto erótico, pleno e irrepetible.
Con frecuencia no ejercemos el erotismo porque tenemos miedo de transgredir
permisos, tabúes, principios éticos y religiosos, de transgredir costumbres,
prácticas comunes, voluntades, por el miedo de no llegar a acuerdos tácitos.
En otros casos, el erotismo lo acotamos sólo al tiempo del acto sexual, lo
cual no debería ser, aunque creamos que el erotismo sin la conclusión del acto
sexual o sin que éste se dé, no se justifica y carece de sentido. Entonces sólo
se le podría llamar coqueteo, flirteo, caricias, ternura, un acto de expresión
de amistad, de confianza o de compañerismo... Pero es este erotismo el que nos
llevará al acto sexual para continuarlo y para aumentar las probabilidades de
su repetición, como un acto bonito, liberador de tensiones, de concordancia con
otro cuerpo, con otra alma, con otra persona.
He ahí una clave. Si durante el tiempo que no es exactamente el sexo se
practica el erotismo, efluyen todas las formas posibles de amor, cariño, de
ternura, de amistad, haciendo del acto sexual un acto erótico. Entonces pasar
al erotismo, aunque el acto sexual no se concrete no es una pérdida de tiempo,
y en el caso en que el erotismo lleve al acto sexual, éste adquiere otra
dimensión, viene a ser un acto físico acompañado de la conjunción de dos almas,
espíritus y mentes, viene a ser el ingrediente que se requiere para tener un
“buen sexo”, independientemente de que sólo se ejecuten solamente las formas
más básicas del acto sexual. El erotismo no exige formas complicadas y
caricias, violencias en exceso.
El camino al erotismo es un camino abierto, sí con pendientes y grutas pero
con recompensas mayúsculas, no exige un título de esposo, esposa, concubino,
concubina, uno de amistad o de cercanía pasajera, basta. ¿No es verdad que en
un combate de dos cintas negras de alto grado, los oponentes no conocen sus
nombres ni sus técnicas secretas? Sólo saben que ambos lograron su alto grado
de maestría mediante la práctica constante, el esfuerzo, sudor y lágrimas, y que
ahora están frente a frente para ver quien gana, sin que el que pierda lamente
la derrota, sino que aprende de ese combate. Lo mismo pasa con el erotismo.
En su texto, Bataille insiste sobre el caso del incesto y el de la sangre
menstrual. Ambos casos nada o muy poco tienen que ver con el erotismo, son
meras circunstancias. Cuando el erotismo se da, se olvida de parentescos y de
ciclos menstruales. Nada lo ata ni lo detiene, simplemente ocurre, a la espera
que no haya remordimientos, o que éstos gradualmente se desvanezcan con la
repetición frecuente del acto del sexo; porque el erotismo permite que los
actuantes estén fuera de sí. Bataille lo ve como violencia.
“...dos individuos que están bajo el
imperio de la violencia, que están asociados por los reflejos ordenados de la
conexión sexual, comparten un estado de crisis en el que, tanto el uno como el
otro, están fuera de sí”.
Por lo que el erotismo cierra aún más el vínculo entre los participantes,
los hace testigos y cómplices, mediante el erotismo se cierra un pacto secreto;
porque el erotismo no se da con todos, con todas, con la misma intensidad, ni
siempre. Es un grado sublime de expresión. Afortunado es aquel, aquella que
mediante un acto sexual es participe de un acto de erotismo, puro sincero y
además abierto. Pero como ya lo mencioné antes, el erotismo corresponde a una
educación, a un grado de refinamiento de los participantes.
Bataille gasta energía en hablar repetidamente de la orgía.
“la orgía supone y exige la equivalencia
de todos los participantes”.
Desde mi punto de vista, la cita corresponde a una “buena orgía”, supongo
que de escasos participantes, en la que todavía pueden darse expresiones de
erotismo; sin embargo una orgía numerosa tiene un carácter desenfrenado, burdo
y prosaico y se aleja de las expresiones del erotismo.
De manera repetida Bataille liga al erotismo con la obscenidad; siendo que
en el sexo ninguna forma de ejercerlo es obscena; entendiendo como obsceno lo
que es grosero en el terreno sexual y escandaliza a una persona u ofende su
pudor. Siendo así, la medida de la obscenidad está dentro de las mentes de
quienes participan en un acto sexual. La obscenidad es un reflejo de los tabús,
de los prejuicios, miedos, ascos, repulsión… barreras que impone la mente, la
educación y las costumbres. En la práctica del erotismo aplica: “Lo que sucede
en Las Vegas. Se queda en Las Vegas”.
Sobre la prostitución Bataille dice:
“No es que haya en cada mujer una
prostituta en potencia; pero la prostitución es consecuencia de la actitud femenina.
En la medida de su atractivo, una mujer está expuesta al deseo de los hombres”.
Si en cada mujer hay una prostituta en potencia, entonces la manera puede
ser ligera y fugaz, media, tenue, vulgar, ruidosa o grosera; entonces también
hay una santa en potencia. Como en cada hombre existe un violador o un
pervertido, o un santo incluso. Como lo dice el dicho francés: “En el corazón
de todo hombre dormita un cerdo”. Ese cerdo que habita en el hombre es el que
valida que existan violadores e infieles sin cansancio, sádicos y engañadores.
Si lo vemos de algún modo, eso podría tener su belleza y su ternura. Léase,
Diario de un Seductor.
El goce de la prostitución no es más que una “infidelidad oficializada”,
permitida bajo el atenuante de que no hay amor, no hay ternura.
Sobre la desnudez de la mujer Bataille dice:
“La mujer desnuda está cerca del momento
de la fusión, ella lo anuncia con su desnudez”.
Yo añado: La mujer desnuda invita a la fusión. Por eso cualquier mujer, es,
ya por su desnudez, un objeto de deseo, un objeto bello.
En otro párrafo Bataille indica:
“La prostituta moderna se jacta de la
vergüenza en la que se ha hundido, se revuelca cínicamente en ella”.
Yo no lo considero así. Más bien a la prostituta moderna la tiene sin
cuidado la vergüenza. Es un trabajo como cualquier otro, un oficio que si bien
se ejerce, bien reditúa. Es una especialista, que con un cliente frecuente se
puede dar el lujo de mostrar un buen grado de erotismo.
Bataille sobre el erotismo en el matrimonio escribe:
“el matrimonio está abierto a todas las
formas del erotismo”.
“El matrimonio es un compromiso entre la
actividad sexual y el respeto. Tiene cada vez más el sentido de este último.”
En el matrimonio, el hombre, además del producto de su trabajo, aporta su cuerpo
y su energía a la mujer. Hoy en día esta aseveración aplica tanto al hombre
como a la mujer. Esta aportación de disponibilidades, de tiempos, es la base
del contrato tácito que se le llama matrimonio. Si esto voluntariamente no
existe, el contrato debe concluirse.
En otra parte del texto Bataille menciona: “sin la conciliación el erotismo no
existiría”.
Claro. La conciliación, el acuerdo entre las partes permite que el erotismo
se dé, que inicie y que gradualmente madure, crezca. Pues al ser un
perfeccionamiento de la expresión del alma y del cuerpo, requiere aprendizaje y
práctica, lo que da pie a que se caiga en faltas y errores, en transgresiones,
que si esto se entiende, se llega a un grado sublime de erotismo,
satisfactorio, gratificante para los participantes.
De esta manera el erotismo es parte del amor. Por él, existe esa atracción
por las partes bonitas que los participantes ven en el otro, lo que incluye el
carácter, de esa manera el juego sexual va ampliando sus formas, sus gustos,
sus placeres, y también aprende las prácticas que están vedadas, las que no le
aportan nada al acto erótico, que hasta pueden ser molestas. El erotismo
también permite ir más allá de las formas que para uno de los participantes no
le sean del todo agradables, siempre que le causen placer al otro, sin que sean
forzadas o frecuentes.
Ver: “Eyes wide shut” de Kubrick.
Cuanto más se acompañe el cuerpo con el espíritu, con el alma, éste se
vuelve sagrado, divino y se le quiere poseer, tocar, hasta profanar. Ése es el
carácter del erotismo. Ese carácter divino del cuerpo no se lo da el contrario,
el “partenaire”, se lo da uno mismo en su comportamiento, en su forma de
conducirse. Esto es la personalidad. Si esta es altiva, orgullosa, celosa,
culta, refinada, el cuerpo adquiere ese carácter y por lo tanto también el
erotismo; de ahí que el erotismo tiene los matices que tiene la personalidad,
por eso se experimentan diversos grados y tonalidades de erotismo con
diferentes personas. El erotismo en sí, marca una personalidad., y viceversa.
De esta manera el cuerpo adquiere ese carácter divino que traslada el
cuerpo y el alma al acto sexual, el cual se convierte en un grado sublime del
erotismo; y cuando el erotismo es sublime, ya no importa que el comportamiento
adopte las maneras de los animales.
Ver: El imperio de los Sentidos.
De algunos textos de El Erotismo de Georges Bataille:
“El orgullo íntimo de un hombre se
vincula a su virilidad. La sexualidad no equivale en nosotros a la negación de
la animalidad, sino a lo que tiene el animal de íntimo e inconmensurable. En la
sexualidad es donde no podemos ser reducidos, como bueyes, a fuerza de trabajo,
instrumento, cosa.”
“La unión carnal es la plenitud y la
forma más feliz de la vida”. “popularmente, el orgasmo lleva el nombre de
“muerte chiquita””.
“El erotismo nos deja en la soledad”. El
erotismo es al menos aquello de que es difícil hablar… El erotismo se define
por el secreto. No puede ser público.”
Sin embargo el erotismo encuentra palabras en el dialogo con el amante,
porque él, ella, es quien en las horas o minutos del acto del amor, del
erotismo, se le ama.
Dear Reader. If you had read this text, and if you enjoyed it, would you be kind enough to leave a short comment? Thanks.
Que Nadie Sepa
Los Cardenales de Nuevo León.
https://www.youtube.com/watch?v=8wvp2us64rQ
Si recibes mis flores
y mi tarjeta
Ponlas en la mesa, cuéntale
a todos
Que hay un loco
obsesionado contigo
Que le falta un
tornillo y se siente poeta
Recomiendo que rompas
mi tarjeta
Si no quieres
problemas con tu marido
De algún modo tienes
que ser discreta
Aunque no te deje en
paz, la conciencia...
Que nadie sepa, que
soy tu amante
Y que en la cama
hacemos arte
Que nadie sepa, que a
escondidas
Nos entregamos...,
hasta quedar sin vida...
...
Que nadie sepa, que
soy tu amante
Y que en la cama
hacemos arte
Que nadie sepa, que a
escondidas
Nos entregamos...,
hasta quedar sin vida...
Hasta quedar sin
vida...
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