No eres nadie

Al final, no eres nadie; más que un habitante desafortunado del mundo, uno más. Ni tu cara ni tu cuerpo son especiales. Sí, diferentes a todas las demás; pero de singular, nada tienen. Tampoco eres Einstein, ni Galileo, ni Dante, ni Obama, ni Putin; tampoco Merkel o la Loren. Sólo eres uno más, uno más de la manada que habita el planeta; incluso perteneces a una manada más pequeña asentada en una tierra que tiene fronteras finitas con otras.

Si crees que por tener status y dinero tienes algo. En realidad no tienes nada. Porque si crees que el dinero y el status compra todo, entonces tienes menos que nada. Y si te sientes orgulloso por tener un trabajo especial, una mansión, un auto de lujo y ropas de diseñador, lo único que tienes es vanidad; porque el mundo gira, y en veinte, en cincuenta, en setenta años, todo lo que tienes polvo valdrá.

Todo es relativo. ¿Sabes? Todo. Ni en idioma que hablas te pertenece. Y si lo dudas, ve y toma un avión que te lleve lejos, a un país diferente y veras que las palabras que aprendiste te sirven para un carajo. Entonces más te vale que tus manos y tu cara aprendan el lenguaje de los gestos y de las señas y que tus conocimientos y tus oficios te sirvan para ganarte un pedazo de pan o un poco de ropa, porque allá hará más frío o más calor que el lugar del cual viniste. Y más te vale no tratar de huir, y acoplarte a esa nueva tierra; porque ahí no tienes ni parientes ni amigos, pues ya eres habitante de un mundo nuevo. Allá serás el sabio por conocer, el homeless o el tonto de la calle, el hombre raro, porque eres más pequeño o más alto, más barbado, más blanco o de un color más oscuro que la media; y eso, si no agrada, si las diferencias no te las sabes ganar, lo más probable es que molesten.

Así que mejor regrésate por donde viniste, porque no todos aceptan la variedad cuando viene de fuera. Mejor regrésate a leer las noticias de lo que acontece en el mundo. Esas que anuncian que en un pueblo lejano, pero no tanto, existe un presidente que todo lo sabe y que todo lo adivina, y que ayer en ese país murieron unos cuantos, cientos, por querer llegar a la tierra prometida, y que ahí tienen costumbres de lo más extrañas; para que al fin concluyas que esa parte del mundo está llena de ignorantes.

O bien cuando regreses quizás te des cuenta que tu viaje sirvió de algo, que ahora comprendes un poco más al mundo; y aunque —según tú—, en algunas partes abundan los locos y los tontos; también viven ahí sabios y místicos, y que tu conclusión sea otra.

“Este mundo es extraordinario. Cada vez que pueda voy a ir a descubrir algo nuevo”.

 

Today

Today is one

of the saddest days of my life.

You said you didn’t love me anymore.

You said it as if you were saying

Good morning or goodbye.

No expression in your eyes

None in your face.

 

I am here, I am here.

I said when you were leaving me.

Then I said.

Hey! Look! I am rich.

Maybe I could buy your love.

There was no reply.

You didn’t come back.

 

Can’t buy me love

Can’t buy me love

Was the song

A radio was shouting nearby.

 

Then I hated The Beatles

More than any day

Before.


Can´t buy me Love. The Beatles 

https://www.youtube.com/watch?v=AIDMqq_fH8U


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