Coronavirus

Coronavirus

Si te dijera que hago yo para escribir… Tendría que matarte.

Me confino por horas, días enteros en mi casa y no salgo para nada. No le hablo a los amigos, me olvido de los conocidos y no digo ni “Hola... ¿Cómo están?” a mi familia; desconecto el internet, el cable de la TV y apago todo cuanto haga ruido.

Entonces en la quietud de mi biblioteca, de mi sala, en completa calma, cuando ya se han apagado todos los sonidos del mundo; agarro la última versión de mi novela, una docena de hojas blancas, mi plumón que pinta rojo con líneas suavecitas, y me pongo a escribir.

No necesito de nada ni de nadie. Si al caso una música de chelo que sale de un portátil a la mano, y entonces extiendo mis alas de escarabajo y me voy en viaje imaginario a volar el mundo, el de hoy, el de ahora, el de hace años o siglos, o el de futuros que están por venir y asombrarnos.

Yo no le temo al confinamiento, si es el confinamiento que yo decido; porque en él me encuentro y en él me hallo, y en ese suave retiro me deleito. En él encuentro el amor que he perdido y el que estoy por descubrir; también en él hay sinsabores y odios, venganzas que creía que había olvidado, hasta nimiedades que antes me dejaron una alegría o una tristeza casi tenue, pero que ahora al recordarlas me hacen sonreír cuando en palabras escritas las pongo.

En las letras también soy un Magallanes, un Colón, un vikingo, y navego océanos, mares, bahías y desembocaduras de grandes ríos; y cuando mis remos se cansan, cuando no dan para más, entonces me convierto en pasajero de esos otros navegantes que habitan en los libros de mi librero, de los que dejé olvidados en el buró de mi cama, o los que están a un lado de la taza de baño; y me dejo arrullar por el suave vaivén de su prosa, de cómo hilan las palabras; y ya no estoy solo.

Si afuera se desmorona el mundo por una nueva variante del virus, no lo percibo; cuando salga de aquí en unos cuantos días o quizá meses, sabré si ha cambiado.

Entonces decidiré si aquí me sigo, o si salgo para caminar solo por las calles para decir: “¿Hola cómo estás?” a mi vecino, para ir a ver a mis amigos, a mi familia querida.

 

    Corona Virus

Vamos a amarnos mujer

hasta el cansancio.

Antes de que el Corona virus

Nos distancie.

 

Antes de que cierre

sus puertas el día,

Antes de que nos encarcelen otra vez

en nuestra propia casa.

 

Vamos a querernos

como si fuera el último día,

la última tarde,

la noche última.

 

Vamos a escaparnos

donde nadie nos conozca.

Donde el coronavirus...

No pueda atraparnos.

 

     …. ∞∞∞∞…. ɞɞɞɞ …. ∞∞∞∞…. ɷɷɷɷ …. ϰϰϰϰ …. ɷɷɷɷ…. ∞∞∞∞ ….

Comentarios

Entradas populares