Si crees que yo voy a desearte un Feliz Año Nuevo...

Si crees que esta vez yo voy a desearte un Feliz y Próspero Año Nuevo...

Debes saber que no lo haré. Porque si nadie te lo había dicho antes: El día de hoy, y el que le sigue, no tienen nada de especial.

Bueno, nada de especial, si tú no te aplicas en los 363 que restan, y en estos dos también, para que en verdad sea un año próspero, que eso no necesariamente significa que te traerá felicidad; porque ésa, al igual, te la tendrás que ganar.

Tampoco te voy a desear que tengas salud, porque ésa, al igual que todas las cosas buenas que yo te pueda desear, la tendrás que trabajar.

Pero no me quiero ver muy “Grinch”. Lo que si honestamente te puedo desear, es que te afanes en lo que hagas, en lo que te gusta, en lo que sea tu “pasión”, que disfrutes la compañía de tu familia, de tus amigos, de la persona que es más importante para ti en esta vida; porque si eso lo haces, ya de nada servirá que yo te desee Paz, Salud y Bienestar.

Y sé que haciendo lo que te apasiona encontrarás alegrías, sonrisas, carcajadas y lágrimas de felicidad; y también habrá cansancios extremos, enojos, diferencias; pero no importarán, porque los sabrás remontar.

¡Ah! Claro, en el año que viene también habrá tristezas, angustias, exigencias, malas noticias y malos ratos; como los hubo este año, como los ha habido todos los años; y quizás gracias a ellos, ahora eres más fuerte, mucho más, de lo que fuiste ayer.

Mejor te quiero desear, que cada día lo veas como el inicio de un año totalmente nuevo, un año que inicia cada día y que cada día te da la oportunidad de trabajar, de descansar, de buscar la felicidad.