La mujer que compras
Al fin y al cabo quien te
acompaña más tiempo en la vida, es la mujer... que compras.
Cómo estás, cuánto vales, cuánto tienes, cuánto puedes, cuánto ofreces, cuánto das...
Es
el mercado de la vida. Tú sales a ofrecer y a comprar... Y ellas hacen lo
mismo.
Si
eres honesto, si vales más de lo que ofreces, si tienes más de lo que muestras,
si estás sólido por dentro, si por fuera no desilusionas... Puede ser que hagas
una buena venta y que al igual encuentres una buena compra. Entonces el tiempo
pasará, y feliz el vendedor, como feliz será el comprador.
Si
mientes, si engañas, si estafas, si ofreces lo que no tienes, lo que no eres...
Si te compran o te arriendan, tarde o temprano, el cliente se quejará.
Si
corres con suerte, después de un tiempo, el comprador se podría quedar con ese
artículo que no vale lo ofrecido; porque le ha tomado cariño, porque ya se
acostumbró a él, porque sus expectativas ya cambiaron, porque si le falta algo,
si ya no brilla, si ya dista de su valor original, le da igual. Pero igual,
ella o tú no estarán del todo satisfechos con lo comprado, pero ya es tarde
para ir otra vez al mercado de las compras y de las ventas. Ya los artículos se
han gastado y se han deteriorado.
De
modo que todo el tiempo estás en el mercado. O compras o vendes, estás de
oferta o hay por ahí un saldo que no hay que desaprovechar.
Al
fin y al cabo tú te quedas con la mujer que compras... Lo que ignoras, es que
ella fue quien te adquirió y el día que ella quiera te puede devolver o te
puede... desechar.
Al final
Porque al final
Tú no perdiste nada.
Y yo,
Algunas tardes del ayer.
Si ahora que lo has pensado bien
Decides que es no es necesario volver.
La respuesta no está en mí...
Sino en ti.
Porque a estar sin querer o desear
Siempre es mejor…
No estar.
Yo quisiera decirte
Yo quisiera decirte
Que hay días grises
Como hay también
Días con sol.
Que el cuerpo extraña
Y las tardes pasan
Que cuando se acumulan
se vuelven años
Y los recuerdos
se tornan nostalgias.
Yo quisiera decirte
que tú y yo
hablamos el mismo idioma
el de los adioses
el de los reencuentros.
Yo quisiera decirte tantas cosas
que no sé cómo
Decirte...
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