Carta de Navidad de un Narco

Querida mía

Cuando tú leas esto, yo ya me habré vuelto más puerco. Es decir, ya estaré totalmente dentro del fango, zambutido en la escoria; porque este año, desesperado, sin oportunidades de avanzar para adelante y ni siquiera para los lados, acepté a principio de año, una oferta que ahí estaba, y que sólo faltaba que extendiera la mano para tomarla. Me volví un tipo rudo, y mira que para eso no era necesario ser corpulento ni fuerte, pues un puñal o un revólver facilmente resuelven esas pequeñeces.

Empece por trabajos menores ayudando a distribuir merca prohibida, de esos polvos o yerbas que hacen feliz a la gente, y como parte de la chamba también ayudé a aflojar voluntades reacias o a integrar a nuevos elementos, hombres y mujeres, para que nuestra organización pudiera cumplir con sus compromisos. Pronto me vi envuelto en esa vorágine de placer malsano que da el ejecutar acciones prohibidas para la mayoría de la gente; pero aplaudidas dentro de nuestra pequeña sociedad que a algunos les da por llamarlas mafia.

Ahí, adentro, había alcohol, droga, mujeres, de todo en abundancia; y cuando se acababa, simplemente ibamos por más, que las armas hacen milagros y proveen a quien está decidido a jugarse el todo por el todo. Y, esa, se volvió mi familia; lo que fue importante, porque yo familia no tenía; sólo te tenía a ti, y por eso mismo decidí alejarme, porque esa sociedad en la que ahora vivo todo lo corrompe, lo absorbe y lo pudre.

No, no estaré contigo esta Navidad ni tampoco en el Nuevo Año; pero creéme que aunque estés triste, no lo lamentarás porque seguirás limpia y viva. Yo, seguramente brincaré al otro año; y si el siguiente por estas fechas sigo vivo, querrá decir que he hecho las cosas bien dentro del grupo y quizás para ese entonces habré ascendido.

No te lamentes por mí, que el mundo se divide siempre entre buenos y malos, y yo dentro de los buenos nunca vi una luz que me dijera: "Por aquí es el camino"; y de este lado, tampoco la he visto, más que una luz oscura, la que me dice "No seas idiota, haz las cosas bien y cuida tu retaguardia, porque si dejas de hacerlo "The show is over"".

Y sí, si te quiero y no he dejado de quererte, pero tenerte al lado mío es algo imposible. Sólo deseo que seas feliz y que encuentres a alguien que verdaderamente valga la pena.

Yo te estaré mirando de lejos, sin que tú me veas, sólo para recordar aquellos momentos felices que pasamos, cuando tú eras tú; y yo no era, más, que uno cualquiera.

Te quiero y te amo.

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A veces, me da miedo todo lo que puede hacer la mente de un escritor.

Feliz Navidad a Todos

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