Reencuentro

Amor fue la primera palabra que pronunciaron mis labios, la que abrió otra vez la puerta de tu voluntad comprometida.

Siempre es la primera la que cierra o la que abre puertas, zaguanes, portones, la que brinca cercas. O aciertas o yerras. Un “Abracadabra” o un ¡Caput! definitivo.

Yo que iba a saber que la clave estaba en ella. Sólo fue una casualidad que mis labios la pronunciaran con la seguridad que tiene la buena suerte.

Así que aquí estamos, recomenzando una vida nueva, la continuidad de una vida usada que interrumpimos hace tiempo, por el mismo azar que tiene una palabra inadecuada en un tiempo equivocado, o una palabra mágica en el tiempo idóneo, el apropiado; porque perdonar y tratar de olvidar lleva tiempo, mucho, y los regresos, más que difíciles, son complejos.

La culpa no es nuestra, tampoco de nuestros cuerpos, porque ellos querían, lo buscaban; sino del alma, porque el alma está hecha de fe, de confianza y de humildad; pero también de caprichos, de arrogancia, de soberbia y testarudez. Y a ella no le importaba el transcurso del tiempo, tampoco capitular y no perdona sin condiciones, sin olvidar.

Así que el tiempo pasó y los años me cambiaron. Mira, me hicieron otro, más gordo o quizá más flaco, sí más caminado, más gastado. Igual tú, ahora eres otra. Hay algo diferente en tu carácter, en tu risa, en tu manera de vestir, en el corte de cabello, incluso en la forma en que caminas.

Para continuar, tendríamos que volvernos a enamorar, o a querernos siquiera; no como fuimos antes, sino como somos ahora.

Tendríamos que estar dispuestos a formar, otra vez, tú y yo, parte del mundo. De este mundo que también ha cambiado, que ha tenido sus altibajos; que, como nosotros, ya no es el mismo.

Tendríamos que perdonar, que olvidar o tratar de; tendríamos que aceptarnos o acostumbrarnos a vernos como somos ahora, y hablar, platicar; porque las palabras son las que suavizan o encrespan las acciones, y quedarse callado es sinónimo de muerte; y es claro que tú y yo, queremos seguir... viviendo.

 

   ….∞…. ɷɷɷ …ϰ…ɷɷɷ…. ∞….

 

Quizá

Quizá

Creíste que ya estaba muerto.

Que me había tragado

la tierra completo,

que había desaparecido

de tu horizonte.

 

Porque a un muerto

no se le puede amar,

como a alguien

que todavía existe.

 

Pero mira

que de pronto reaparezco.

Pero ya no soy el mismo de antes.

Aunque tampoco soy

Como creíste que sería.

 

El tiempo y las caídas

han dejado huellas

en mi alma y en mi cuerpo.

Y la esperanza de encontrarme

igual o similar

Se ha desvanecido.

 

Así que...

Te quedas, o te vas.

Porque esperar a que sea

como antes fui

no es posible...

Porque yo, no tengo

Una máquina

Del tiempo.

 


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