Mientras tú me lees... Yo escribo


Mientras tú me lees, yo escribo. Escribo para olvidar lo desagradable del día y para recordar los momentos felices que me trajo.

Escribo porque sé que soy un ser humano como cualquier otro, sin más atributos que un hombre sin atributos, y que eso no me pesa, pero tampoco hace que me vanaglorie.

Este año, yo tampoco gané ningún concurso, no el grande de Literatura, el Nóbel; pero si al menos hubiera ganado el de Cuento o el de Poesía de la ciudad donde vivo, sería más que feliz.

Si no gano premios, no importa, porque cada día gano más lectores que me leen desde Hong Kong, desde Indochina o de la vieja Inglaterra; y con eso me doy más que servido; lo que pagará que yo siga escribiendo.

Por lo pronto, ya he revisado por enésima vez “El Ermitaño” y me parece que quedó bastante bien, de seguro será un éxito cuando lo encuentres en forma de libro en los estantes de pequeñas tiendas de souvenirs y revistas en los aeropuertos; también avancé con “Seda”, mi porno-libro, como lo bautizó una querida amiga; ya va en su revisión n+1, y puede ser un segundo libro que vea la imprenta.

Yo albergo estos dos anhelos, y trabajo en otros dos excipientes, para que un día, uno y otro, rebasen al menos las ciento cincuenta páginas y con el tiempo que ahora les dedico, sean textos que a ti, como lector, te sirvan.

Así que mientras tú duermes o me lees, yo escribo.

 

ɷɷɷɷ ….  ∞∞∞∞…. ɷɷɷɷ …. ϰϰϰϰ …. ɷɷɷɷ…. ∞∞∞∞ …. ɷɷɷɷ

 

Sentencia

Díctame

Acto de formal prisión

Pues tus grilletes de amor

Me sofocan y

Me aprietan.

 

Purgaré una sentencia

De cadena perpetua

Con pan y agua tan solo

Para ver si así

Algún día

Me liberas.

 

Criminal convicto soy

Pues maté el amor

Que por mí sentías,

y caí en el olvido.

 

Merezco la silla eléctrica,

O la guillotina quizás.

Lo que si no quiero

Es morir en la espera

De calcinarme

En la hoguera

De tu amor.

 

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