Il Mio De Profundis. Parte V
Se soñador. Se vale hasta cierto grado, engañándote, creyendo
que mañana el día será mejor, y esforzándote para que lo sea. Vive esa mentira
consciente sin sentirte burlado y sin hacer castillos en el aire, imaginando
que el sol brilla cada mañana, y que cada mañana es linda. Para que el próximo
encuentro desafortunado que traiga la vida no te tire, y sólo te atonte; y tú
sigas gozando cada mañana, cada tarde y cada noche, como si cada día los descubrieras.
Pero tampoco vivas “Forever”... En un mundo de
ficción, de High Tech, o de caricatura; en donde lo que parece real no es
verdadero, y simplemente... no existe; alguien lo ha inventado, y se divierte
como chamaco viendo como nos las arreglamos cuando él mueve por arriba, suave o
brusco, los cordones. Ese mundo sólo ocurre en las novelas, en la TV, en el
cine, o en los juegos de la compu ‒si eres adicto a ellos‒. Sumérgete en él,
pero no te ilusiones demasiado, pues no es realidad, alguien lo hizo.
Sin embargo, la ficción es necesaria. Soñar sueños irrealizables
es parte de lo que necesitamos. Una buena dosis de ficción la encontrarás en la
imaginación, en el cine, en la TV, y otra, en los libros. Eso sí habrá que
escoger con cuidado, pues existe toda clase de ellos. ¡Hey! Igual pasa con la
música y con el cine. Te recomiendo algo: Escoge los clásicos. No de en balde
se han ganado ese apelativo. No defraudan, nunca cansan, son confiables y te
llevan por caminos insospechados para enseñarte cada vez un mundo nuevo.
Hacerse el tonto, el inadvertido o el inadvertente; dejar que la
vida pase, que gire sin que te afecte. Esa es otra manera de vivir bien la
vida, de sortear esos obstáculos que de seguro te arrastrarían en su
corriente... O mejor usar una máscara. ¿Qué te parece? Una máscara que te
encubra, para que nadie te reconozca y para que nadie se te acerque. Ambos
trucos funcionan y sirven de vez en cuando. Pero no abuses de ellos, ni los
gastes demasiado.
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