Dicen...

Dicen...

Dicen que desacostumbrarse al ritmo de la ciudad lleva tres o cuatro días, o hasta una semana. No lo sé, a veces yo me desacostumbro en un día y otras en diez.

Pero desacostrumbrarme al aroma, a la cercanía, a la conversación y a la intimidad con una mujer, me lleva meses; si bien me va; si no, me tardo años.

Por eso para no pasar otra vez por esas angustias he decidido vivir solo; no tengo por compañía más que el sol, la lluvia, el mar y la playa; y si una chica aparece, yo la tomo; ya sé que ni ella me ama ni yo la amo; y si se queda un tiempo, está bien; si se va, también está bien. Entonces, como arte de magia, su aroma desaparece a los tres días; y si dura, no va más allá de un mes.


 

Mi Voz

Mi voz te grita auxilio a la distancia

Pero mis pensamientos no van

más allá que a la esquina de mi cuadra

Tú no oyes mi grito desesperado

Porque para ti la vida sigue igual

y nada ha cambiado.

 

Yo también, en mi exterior

Me veo exactamente igual que hace un año.

Incluso me veo más jovial, más propositivo

y más aventurado

 

Pero no.

Mi mente te sigue invocando

Y ya no soy yo.

Soy ése que te grita auxilio

A la distancia.


 

En la tierra de no pasa nada

En la tierra de No Pasa Nada

No pasa nada

Ahí todo está estático

Se vive una felicidad

Que no es real, pero satisface,

y las tristezas con mínimas

e insignificantes.

 

En No Pasa Nada, la vida es simple.

Ah! Sí que es simple ahí la vida.

 


Todos los #$&*# días

Todos los días te pienso

Te pienso todos los días.

Por cualquier cosa

Un recuerdo tuyo, me llega

Una piedra, una pared, un suspiro.

 

La cama me plática de ti,

Tu risa se oye en la cocina,

en las escaleras resuena tu voz

y hasta el tenedor recuerda.

 

Así que sin quererlo.

Todos los días te pienso,

Te pienso todos los días.


 

Estás

Estás llena de silencios

Aunque estés cerca pareces lejana

Lejana como a dos mil millas de distancia

No se siente tu cuerpo ni tu aliento

Mucho menos se oye tu voz

Pero se te siente

Se te siente…

Lejana.


 

Al perderte a ti

Al perderte a ti

A todas he perdido

Ya no hay intento que valga

Ni frases de abracadabra

 

Entonces hay que dejar un tiempo

Para hacerse de fuerzas

Para reencontrar

La esperanza.


 

Yo vine al mar

Yo vine al mar

A curarme de mil quinientos males

Algunos corporales

Los demás, mentales.

Pocos eran del alma,

Pero eran Los que más dolían.

 

Ahí estuve varios días,

Que se tornaron meses

Los dolores del cuerpo se fueron

Los mentales disminuyeron.

Pero los del alma...

Esos, me siguen doliendo.

Comentarios

Entradas populares