Yo quiero terminar este año usado bailando Kizomba… Contigo.
Quiero que el minutero encuentre nuestros cuerpos fundidos en uno, como si fuera una promesa de que el nuevo año vendrá con muchos días, ya sea en sus tardes o en sus noches en que tu vientre venga a encontrar el mío, que tu cara se recargue en mi pecho o en mi mejilla y que yo sienta en mi cuello tus brazos como un suave y sutil amarre, del cual no quiero desprenderme.
Sólo
en la Kizomba siento que el tiempo se detiene y que tú me perteneces, y no me
importa si es treinta y uno de este año o del pasado o si será así el del
próximo; porque la Kizomba nos une en una abrazo eterno que no tiene fechas ni
horas, un abrazo que no encadena ni cela, pero que se siente tan bien, al saber
que eres tú la que otra vez baila Kizomba…
Conmigo.
Comentarios
Publicar un comentario