Luis Omar Parra
Conocí
a Luis ya hace muchos años... Veíamos como se construían dos de los satélites
de México en LA, para ser precisos en El Segundo, California. Fuimos buenos
cuates... Me ayudó a maleducar a mi hijo Hajime en eso de tomar cervezas y
fumar. Lo que le agradezco.
Luigi
abandonó el proyecto para regresar a México siguiendo su pasión: El sonido que
llevan las series, las pelis, los comerciales... Eso que pocos le hacen caso,
pero que son vitales para el éxito o fracaso en la pantalla.
Luis
ya pasó por la sonorización de Roma de Alfonso Cuarón, y por otras pelis no
menos famosas... Nomadland, La venganza de las Juanas, Pacto de silencio y
muchas más.
Me
lo imagino detrás de los controles... Moviendo botoncitos, o detrás de una
compu con programas avanzados para resaltar los graves, los agudos, las voces
en off de una escena tierna, violenta y de cruel violencia.
¡Carajo!
Me doy cuenta que el sonido lo es todo. Si uno no viera, el sonido es lo único
inmediato que nos queda, porque el tacto es mucho más lento... Tiene que ir y
tocar, rozar.
Si
tú no te has dado cuenta de qué tan importante es el sonido, prueba cerrar por
un instante tus ojos, luego ábrelos, prolóngalo hasta que se vuelva un momento.
Prueba si podrías estar así por un tiempo largo. Ahora sal a la calle, escoge
un lugar seguro, siéntate en una banca o toma un autobús, y ya cómodo, repite el
ejercicio. Verás que encontrarás sonidos de colores y de matices. Hallarás un
placer que antes no habías percibido en su totalidad, con toda su riqueza, con
toda su sensibilidad y su ternura... pero también con su violencia y con su
ira.
Te
has dado cuenta que después de la vista el sentido más importante es el oído...
Por él los pájaros cantan, las cigarras hacen ruido, disfrutas una sinfonía de
Mozart o una banda de pueblo con trombón y con platillos. Por él la calma y la
tranquilidad no tienen ausencia de sonidos, porque están llenos de todos.
¡Qué
chingón es el trabajo de Luis! Amigo Luis. ¡Gracias! Va para ti un abrazo
sincero.
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