No me dejes...
No
me dejes...
Por favor no me dejes, porque la mañana es fría.
Porque
a mi piel le hace falta sentir que ahí estás.
No
me dejes, porque no sé lo que haré cuando tú no estés.
No
me dejes porque mi silencio necesita el tuyo.
Porque
a mi oído le harán falta los sonidos de tus pies.
No
me dejes, porque habrá un hueco en mí que no sabré cómo llenar.
No
me dejes, porque siempre me estaré preguntando... ¿Dónde estarás?
No
me dejes porque sin ti no sabré en quién me convertiré.
No
me dejes, porque te voy a extrañar; y más que eso, te voy a añorar.
No
me dejes porque también tú no serás lo que conmigo eres
y
te haré falta cada mañana, cada tarde y en las noches
extrañarás
ver encendida la lámpara de la sala
y
verme leyendo sin que puedas preguntarme...
¿Te
vienes a acostar?
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