Un quinto diálogo
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Amigo
del escritor. |
—Oye escritor, o escribano, o
escribidor, o poeta... ¿Cómo te llamo para que el título te quede a gusto? |
Escritor. |
—Por fa, dime simplemente escritor.
Con eso me es más que suficiente; pues para mí, todo aquel que escribe, bien
o mal, es en sí un escritor. |
Amigo del escritor. |
—Bueno, en realidad lo que te
quiero preguntar, es, qué pasa o qué te pasa el día que no tienes nada que
escribir, ni una idea, ni una simple anécdota o una vivencia pasajera, cuando
tú esperas y el poema no te llega. Es más, hasta he llegado a pensar que los
escritores de novelas y los que escriben poesía no son indispensables; y que
incluso, si dejaran de hacerlo, hoy día con todos estos gadges con que nos
conectamos a la nube, ese hecho pasaría desapercibido. |
Escritor. |
—¿Sí, verdad? Qué triste. Yo
también he pensado lo mismo. Pues para qué sirve la poesía o una buena novela
en estos tiempos, si los lectores de esos textos prácticamente han
desaparecido; y esas voces que le dan vida a los libros cada vez son más escasas
y se escuchan menos, y tal parece que ya no son necesarias. Ayer mismo, mientras redactaba en
mi cuaderno de notas el mensaje que escribo cada semana, los viernes; me
vino de pronto un no sé qué de aislamiento, de sentir que esas palabras no
iban a llegar a ningún lado o que quedarían arrumbadas en alguna caja de
trebejos que finalmente con ella se irían a la basura. Me sentí tristísimo. ¿Te imaginas
si poco a poco se fueran acabando los poetas y los novelistas? Simplemente quedaría un vacío. Un
vacío que no podría ser llenado con nada. A partir de entonces comenzaríamos
a perder toda esperanza, toda ilusión; hasta llegar al grado de que sólo
podríamos conversar con esos aparatitos que siempre nos acompañan, y
creeríamos que el amor consiste en recibir mensajes y caritas alegres en esa
pequeña pantalla. |
Amigo del Escritor |
—¡Ja! Tampoco seas tan
melodramático que eso también ya no se estila. Mejor modernízate y cambia de
giro. ¿Por qué no, cuando no tengas nada interesante que escribir, te
sientas, echas a volar tu imaginación e inventas aventuras imposibles como para
un guión de película, de esas de Marvel, superfantásticas, en que el
universo por obra de los malosos está en grave peligro de desaparecer y viene
el héroe, la heroína y lo salvan en el último segundo antes de que explote, y
con él, desaparezcan todas las razas de millones de planetas y galaxias? Mira
que si te la compran, conquistas fama y gloria de un solo tiro. Sí. Escribe un guión que te lleve
a vivir allá por Hollywood y a pasear en autos de lujo por Rodeo Drive, o por
Malibú. Seguro que puedes, pues el que el que domina el curso que siguen las
palabras al expresar ideas, igual puede escribir una novela, un poema hermoso
o una saga escalofriante que lo haga ganar millones, pero de dólares. |
Escritor. |
—Amigo, creo que te haré caso;
pero por lo mientras te dejo unos poemas que escribí hace poco cuando me fui
de homeless por los rumbos de Oaxaca, allá en Mazunte en la mera costa del
Pacífico, un paraíso increíble que disfrutan más los extranjeros que los
mismos mexicanos. Yo voy ahí con frecuencia y en Punta
Cometa, que está al ladito, y que es un lugar único en la tierra, donde
puedes ver la salida del sol, el arco que dibuja en el cielo y su puesta, me
siento sobre una roca, que ya es mi preferida, medito y me pongo a pulir la
última versión de mis novelas y a escribir uno que otro poema que me llega
con el aroma del viento y con el rugir de las olas. Cuando puedas, date una
escapadita, libérate del estrés del trabajo y acompáñame a Mazunte. Allá con
veinte dólares alquilas un cuarto modesto, pero limpio, y con otros veinte ya
la hicimos con las tres comidas... Bueno, las cervezas son aparte. Vamos, te
aseguro que nos la vamos a pasar increíble. Ah, ah, pero por favor tráete al
menos unos tres libros buenos, porque con la calma de Mazunte vas a darte
cuenta que allá no necesitas leer. Al abrir el libro en automático salta el
autor de entre sus páginas y te comienza a contar su historia. Esa, es la
magia de Mazunte. |
Amigo del escritor. |
—Sale. Deja que me organice y dentro
de dos fines de semana nos vamos por lo menos cinco días, y esta vez, yo pago
la primera ronda de cervezas. |
…. ∞∞∞∞…. ɷɷɷɷ …. ϰϰϰϰ
…. ɷɷɷɷ…. ∞∞∞∞ ….
Van, como otras veces, unos poemas que surgieron entre las olas de Mazunte.
Traición
Cascabeles en tus ojos
Me dijeron que me extrañabas.
La necedad de tus labios
la traicionaron también
tus mejillas.
Hoy vine, llegué de lejos.
Surcaba solitario mares de olvido,
entre olas de nostalgia y
tormentas de melancolía.
Vine a quedarme,
a navegar aguas tranquilas.
Contigo al timón
y yo puesto a los remos.
Ya Te Conozco
Yo ya te conozco,
ya te he visto antes.
Conozco tu piel de arena,
y sé a qué saben
tus labios rojos.
Ya he viajado
por tu cuerpo una y mil veces,
en mil noches de lluvia
y en tardes de rayos y relámpagos.
Te he visto alejarte
y te he visto venir a mí,
despacio, sin temores
ni desconfianzas.
Porque tú ya me conoces.
Ya me has visto antes.
Yo no sé
Yo no sé
por qué te amo.
Será por tu nostalgia.
Suave, calmada y tranquila.
Por la música que se te escapa
por la blusa y por la falda,
cuando a mi lado caminas.
Por tu sonrisa de niña
y tus modales de Chava.
Por tu mirada lejana y perdida,
sin apresar nada.
Por la indiferencia que escondes
cuando de reojo me miras.
Por el aroma de tu pelo
o por tus pies diminutos.
O simplemente te amo.
Porque no puedo...
Odiarte.
Porque al fin de cuentas
no nos debemos nada.
Yo fui uno de los muchos
que te dolieron poco.
Y tú fuiste una de las pocas
que me dolieron mucho.
Y así en nuestras
sumas algebraicas,
en general los dos,
salimos perdiendo.
La diferencia fue
que de los muchos…
Yo fui el que menos
te dolió.
Y entre las pocas…
Tú fuiste la que me dolió
Más.
Al Final
Porque al final
éramos dos personas
diferentes
Tú, con tu Norte
Yo, con mi Sur
Tú y tu diestra
Mi izquierda y yo
Caminar derechito
o zigzagueando yo
Dos líneas paralelas
Una que viene
Otra que va
Un idioma tres palabras
Unos signos
Y un adiós
Mañana
Mañana cuando te mueras
Irás de seguro a un nirvana
Yo sin desviarme a un infierno rojo
o a un purgatorio oscuro.
De esos para locos
De esos para tergiversos
De esos que no serán
Para Vos
¿Sabías que...?
Sabías que hoy
Todo está lleno de nostalgia
Y que ésta de pronto se rebela.
Las flores desparraman nostalgia,
los gatos presumen nostalgia,
a las fotos la nostalgia se les escurre
como miel a un panal de abejas
y las veredas se llenan de nostalgia
como si fuera hierba silvestre.
A mí también
cuando me acuerdo de ti,
me invade, me sacude, me fulmina
La nostalgia.
Sabías que hoy
Todo está lleno de nostalgia…
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