Un segundo diálogo

 —¿Oye, y que habrá pasado con aquel vato que al hacerse viejo le dio por escribir sus vivencias?

—¡Ah! Te refieres al Ermitaño. Creo que ya tiene una versión más pulida de sus escritos. Es más, según me dijeron, está planeando publicarlas en cuanto termine una última revisión. Ojalá alguien las compre, porque no son tan malas y puede que les sean de ayuda a quienes las lean.

—También oí que el tal ermitaño trabaja en una versión en inglés. Bueno, de hecho, tengo entendido que fueron escritas originalmente en ese idioma, porque al parecer ese cuate fue un mojado que trabajó en el norte por muchos años.

Sí, creo que era algo así como un representante de Walmart o de la Coca Cola, y por eso viajaba con frecuencia a países de Asia y de Europa. Lo paradójico es que después de vivir varios años en Nueva York o Washington –no me acuerdo bien donde me dijo–, ahora vive en la colonia Portales, aunque con frecuencia lo encuentras en cafés de la Condesa. Y en efecto, está trabajando el texto en ambos idiomas; lo que es bueno, pero a las traducciones hay que tenerles miedo, porque o dicen casi lo mismo o de plano dicen cosas disímbolas, por lo que cualquiera que se anime a traducir debe de haber vivido en ambos mundos para que pueda trasladar con fidelidad el sentimiento y las emociones del autor; es más, si uno se cree muy versado en los idiomas y se aventura a leer textos originales, ya sea en inglés o en francés, debe dominarlos a la perfección; yo por eso, a pesar de que mi inglés y mi francés no son tan malos, prefiero leer en español a los autores que escriben en otras lenguas.

—En eso tienes toda la razón. Yo también creí que ya era un perfecto angloparlante, pero el otro día que traté de leer Absalom, ¡Absalom! de Faulkner me topé con pared; igual me pasó con Du Côté de Chez Swann de la trilogía A la Recherche du Temps Perdu de Proust. Ahora sé que mi francés se limita a leer a El Principito y a escuchar a Aznavour, y el idioma de Faulkner sólo me sirve para escuchar a The Beatles y a Cat Stevens, y a leer a autores no tan complicados, no por eso malos; lo que ya paga la inversión.

—Mira, conseguí la última versión del texto de Carlos, el Ermitaño, te voy a pasar una copia del capítulo I en español y también del capítulo en inglés. Es más, de vez en cuando te voy a prestar cada uno de los capítulos para que los leas y los critiques. Si tienes comentarios me los pasas; yo lo conozco y se los puedo hacer llegar. Por cierto, también conozco a ese poeta descarriado que se llama José Viveros. Me envió unos poemas que también incluyo. Van. A ver si alguno te agrada.

—Oye... ¿Que no es mejor el día lunes para leer algo de poesía? Se me hace como una buena medicina para empezar la semana. Así un poema puede acomodarse al miércoles, mientras que otro puede ser más congruente con lo que nos pasó o con lo que pensamos el jueves. ¿No? Le voy a pedir al poeta que me mande sus escritos el lunes para pasártelos en ese día.

—Sale. Bueno, nos vemos. ¡Chao!, À bientôt! ¡Arrivederci!

 

ɷɷɷɷ …. ϰϰϰϰ …. ɷɷɷɷ

 

Repetir la vida

Repetir la vida

sólo por la flojera

de no saltar la cuerda,

de no agarrar la mochila,

para un viaje que dure

al menos un día.

 

Repetir la rutina,

cambiando de canal

como si la mente

pretendiera olvidar.

Amarrado cada tarde,

cada fin de semana

a un viaje rutinario

entre el sofá y el

refrigerador.

 

Repetir lo vida,

porque es más cómodo

seguir con la misma dama,

el mismo tipo.

La misma, el mismo

de la noche de bodas,

la misma de la riña

de lunes por la mañana.

 

Todo por no atreverse

a preguntar más que el nombre

a la desconocida

que por la acera

pasa.

 

Repetir la vida,

porque es más fácil

seguir viendo el estante

lleno con los mismos libros.

¿Para qué comprar otros?

Si ya tienes bastantes.

Y todos están llenos,

por igual,

de letras.

 

Repetir la vida,

porque es más fácil,

porque no cansa,

porque no conlleva sorpresas,

que pudieran ser no gratas,

que pudieran

Por siempre

 

Cambiarla.

 

ɷɷɷɷ …. ϰϰϰϰ …. ɷɷɷɷ

 

        Debí

Debí haberte dicho

que no te amaba

desde el principio

Y asunto arreglado

 

Así, ni tú, ni yo

hubiéramos creído

que el amor crecía en los rosales

 

Hubiéramos

estado un tiempo juntos

Sin compromisos, ni consecuencias

Para después darnos la mano

y buscar caminos separados

Aunque supiéramos

que de vez en cuando

pudieran cruzarse

O ni eso

 

También

hubiéramos podido

Simplemente ignorarnos

Recoger las cosas

meterlas al auto

Y alejarnos

Sin carta de despedida

Sin llamadas por teléfono

Sin esperarnos

 

¿Para qué?

No tendría caso

¿Para herirnos?

¿O para decir palabras

que pretendieran no hacerlo?

 

Así que un Adiós

sin palabras de por medio

Fue la mejor manera

que escogiste

para irte lejos

 

Y lo agradezco

 

ɷɷɷɷ …. ϰϰϰϰ …. ɷɷɷɷ

 

Todas son iguales

En la cama

Todas las mujeres son iguales….

Y todas ellas, diferentes.

 

Yo, con ellas, como el camaleón

me mimetizo y cambio.

 

A veces me vuelvo aventurero

presto con machete y sombrero

para cortar bejucos y lianas.

Otras soy cubano, pero con barca.

Y en algunas soy guía de manantiales,

montes, arroyos, bahías y mares

para llevarlas por esa orografía

que es la selva humana.

 

Las menos,

me vuelvo poeta y cantor,

y con mis versos las enamoro cuando puedo,

cuando no, por lo menos las atonto.

 

Y eso basta

para que se vayan soñando

que estuvieron con un príncipe negro,

alto, fuerte y apuesto.

Pero, siempre fui yo.

El que con ellas…

 

Cambia.

 

ɷɷɷɷ …. ϰϰϰϰ …. ɷɷɷɷ

 

Engaño

Decirte palabras de ternura,

sólo para lograr que me quieras.

Engañar de esa manera a tus sentidos,

con un tacto, con una sonrisa fingida.

Hacer que me celes primero,

después que me extrañes

y al final que me ames.

 

Porque decir “Te quiero”.

Es también una forma bonita.

Que tiene la ternura.

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